OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

TEMAS DE NUESTRA AMERICA

 

LAS ELECCIONES COLOMBIANAS* 

 

Ha concluido el gobierno de los conservadores en Colombia. En apariencia, los liberales han ganado las elecciones a causa de que los conservadores se presentaron divididos en ellas. Pero no hay que atenerse a lo aparencial en la estimaci�n de los fen�menos hist�ricos. La divisi�n no habr�a sido posible sin una grave y honda crisis de la pol�tica conservadora. Es a esta crisis a la que los conservadores deben su derrota eleccionaria. El cisma del partido, el antagonismo de valencistas y vasquistas, no era sino un s�ntoma.

El gobierno conservador tend�a, frente a la agitaci�n social y pol�tica del pa�s, a una pol�tica fascista. El acto m�s significativo de la administraci�n del Dr. Abad�a ha sido la "ley heroica" que niega a la acci�n pol�tica clasista del proletariado las libertades que la Constituci�n del Estado acuerda a la expresi�n de todos los programas e ideolog�as. La represi�n sanguinaria de las huelgas de las bananeras no ha sido otra cosa que la aplicaci�n a la lucha contra las reivindicaciones proletarias de los principios fascistas en que se inspiraba esa ley de excepci�n. El General Rengifo, Ministro de Guerra del Dr. Abad�a hasta los acontecimientos que impusieron su ca�da, no ha disimulado sus prop�sitos fascistas. Se ha ofrecido en, todos los tonos a la clase conservadora para el aplastamiento de las fuerzas revolucionarias. Es uno de esos Mart�nez Anido hispano-americanos que sue�an con los honores de gendarmes de la reacci�n. El General V�squez Cobo era el candidato de su tendencia. En los primeros tiempos son� el del propio Rengifo como el de un posible candidato. Pero Rengifo hab�a ca�do demasiado estruendosamente, repudiado por las, masas, en las manifestaciones que forzaron al Dr. Abad�a a licenciar a sus m�s belicosos y comprometedores ministros. V�squez Cobo, adem�s, a juicio de un mayor n�mero de conservadoras, reun�a mejores aptitudes para desenvolver un programa equivalente.

Pero no todos los conservadores se inclinaban a este m�todo. La mayor�a del partido est� a�n formada por gente parsimoniosa, reacia a salir de las viejas normas del conservantismo cl�sico. La escisi�n del partido ha sido, por esto, inevitable.

Los liberales no estaban dispuestos a presentar candidato. Hace algunas semanas cre�an que su mejor pol�tica era, una vez m�s, la abstenci�n. Una rama del partido entend�a la abstenci�n como el pre�mbulo de una acci�n insurreccional.

El declinio de los conservadores, el descr�dito creciente de su m�todo gubernamental, reforzaba crecientemente al Partido Liberal. Los liberales se aprestaban a recoger la herencia del gobierno. Pero hab�a discrepancias sobre la mejor manera de apresurar la sucesi�n. El triunfo de Olaya Herrera en las elecciones es el triunfo de la tendencia pacifista y conciliadora del partido. A Olaya Herrera le ha preocupado, ante todo, la conveniencia de presentarse como un candidato nacional, como un hombre exento de esp�ritu de facci�n.

Los intereses imperialistas juegan un rol primordial en la pol�tica colombiana. Uno de los m�s sonoros incidentes de la designaci�n de los candidatos conservadores, fue, c�mo se sabe, el veto del Dr. Concha por sus antecedentes de canciller que defendi� celosamente la soberan�a nacional frente a la agresiva pol�tica yanqui. V�squez Cobo representaba ostensiblemente una pol�tica favorable al capitalismo norteamericano. Tambi�n, bajo este aspecto, aunque muy discreta y atenuadamente, Valencia encarnaba la tradici�n conservadora. Olaya Herrera, ex embajador en W�shington, tiene toda la simpat�a de los intereses de Estados Unidos. Sus declaraciones, a este respecto, han sido por lo dem�s expl�citas.

El proletariado colombiano ha afirmado en las elecciones su orientamiento clasista votando por la candidatura de Alberto Castrill�n, l�der de la huelga de las bananeras. El  Partido Socialista Revolucionario no se ha hecho ninguna ilusi�n respecto a su fuerza electoral al presentar esta candidatura. Ha querido �nicamente proclamar la autonom�a de la pol�tica obrera.

 

 


 

NOTA:

 

* Publicado en Mundial: Lima, 15 de Febrero de 1930.