OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

TEMAS DE NUESTRA AMERICA

 

"LEVANTE", POR BLANCA LUZ BRUM* 

 

Hace poco en una conversaci�n sobre t�picos literarios, un poeta amigo y yo registr�bamos la decadencia de los buhos y los gatos en la poes�a. El ciclo del decadentismo fin de siglo se cierra con la depreciaci�n absoluta de estos animales en el mercado literario. Desde la victoria de la m�quina, la fauna en general anda de capa ca�da. Hemos regresado al antropocentrismo, convalecientes de lo que Freud llama la humillaci�n cosmol�gica de la teor�a de Cop�rnico y la humillaci�n biol�gica de la teor�a de Darwin. La poes�a moderna tiene una predilecci�n sintom�tica: la met�fora antropom�rfica.

Pero no menos evidente y mucho m�s considerable es la decadencia del ocaso, del tramonto, del poniente. Desde que Spengler desarroll� su tesis sobre el untergang** del Occidente, estos temas literarios no se cotizan as�. Debe haber en esto algo de defensa instintiva. No se menciona la cuerda en casa del ahorcado. Spengler enfoc� todas las caras de la decadencia. Agot� la cuesti�n a tal punto que cuando Ortega y Gasset nos habl� del "alma desencantada" y del "ocaso de las revoluciones", su r�quiem encontr� al mundo �vido de ilusi�n y de esperanza.

Por esto tal vez el alba es ahora el tema pre�dilecto Ram�n G�mez de la Serna hace de su t�tulo de "descubridor del alba" la mejor garant�a de su modernidad y Blaise Cendrars, en el libro en que nos cuenta su viaje a Formosa, confiesa tambi�n su preferencia por los ortos y cierta desconfianza hacia los ocasos:

�Les onchers de soleil des tropiques
Qui c'est vrai c'est esplendide
Mais je prefere de heaucoup les levers [de soleil
L'aube
Je n'en rate pas unes.***

El libro que Blanca Luz Brum acaba de publicar est� de acuerdo con este aspecto de la sensibilidad contempor�nea. Levante es, por antonomasia, un t�tulo de hoy. Y esta actitud es muy propia de Blanca Luz. Su poes�a, no obstante la angustia que a ratos la empa�a, es su fuerte grito de la vida. No ha venido Blanca Luz al Per� a anunciarnos la muerte del poeta Parra del Riego, sino su vida, su inmortalidad.

Levante llega en su hora. La t�cnica de Blan�ca Luz es todav�a un poco insegura y agrest�. Pero en todas sus canciones se reconoce la voz de una verdadera poetisa.

Blanca Luz no es s�lo de la tierra de Delmira Agustini; es tambi�n de su estirpe. Es un alma encendida, apasionada, dionis�aca. Por es�to la siento tan fraterna y amiga. Su dolor, su drama no la han vencido, no la han amargado. Su poes�a no es la mon�tona queja, la pla�idera eleg�a sobre la tumba del esposo. Es que su alma no ha perdido la divina fuerza de crear y esperar. Tal vez nada la expresa como estos versos:

�Yo s� que est� la copa
de mi vida trizada
por Dios
y para Dios trunca
y sin embargo sigo la ruta m�s porfiada
y espero m�s que nunca�.

La poes�a de Blanca Luz no es producto de retorta. Es espont�nea y transparente como el agua de un manantial. Brota de la tierra, brota de su cuerpo, brota de sus sentidos alucinados. Hunde su ra�z �vida en la vida. Probablemente

porque soy un exaltado, yo amo sobre todo su exaltaci�n. Como amo su pante�smo.

 

Constato finalmente que en sus versos hay lo menos posible de literatura, de artificio, de escuela.

 

 


 

NOTAS:

 

* Publicado en Mundial N� 342: Lima. 14 de Enero de 1927

** Decadencia.

*** A los crep�sculos de los tr�picos / En verdad esplen�dentes / Prefiero sus levantes / El alba / Que no tengo".