OBRAS COMPLETAS DE JOS� CARLOS MARIATEGUI

IDEOLOG�A Y POL�TICA

 

EL PROBLEMA AGRARIO[*]

 

Esta cuesti�n no puede ser considerada, en todos sus aspectos, r�pidamente, en unas pocas carillas de respuesta a una "enquette�, Requie�re un libro entero. No seguir�, pues, el cuestio�nario de "LA SIERRA". Formular� mis puntos de vista esenciales sobre la cuesti�n en su con�junto.

El problema agrario se presenta, ante todo, como el problema de la liquidaci�n de la feudalidad en el Per�. Esta liquidaci�n deb�a haber sido realizada ya por el r�gimen demo-burgu�s formalmente establecido por la revoluci�n de la independencia. Pero en el Per� no hemos teni�do en cien a�os de rep�blica, una verdadera clase capitalista. La antigua clase feudal, camu�flada de burgues�a republicana, ha mantenido su predominio. La pol�tica de desamortizaci�n de la propiedad agraria iniciada por la revolu�ci�n de la independencia, como una consecuen�cia l�gica de su ideolog�a, no produjo el desenvolvimiento de la peque�a propiedad. Porque la supervivencia de un r�gimen de latifundistas sirvi� pr�cticamente al mantenimiento del la�tifundio. La desamortizaci�n atac� m�s bien a la comunidad. Durante un siglo de rep�blica, la gran propiedad agraria se ha reforzado y en�grandecido, a despecho del liberalismo te�rico de nuestra Constituci�n y de las necesidades pr�cticas del desarrollo de nuestra econom�a capitalista.

Las expresiones de esta feudalidad sobrevi�viente son dos: latifundio y servidumbre. No se puede liquidar la servidumbre -que pesa so�bre la raza ind�gena, esto es sobre las cuatro quintas partes de la, poblaci�n del Per�-, sin liquidar el latifundio.

Aqu� aparece la solidaridad del problema de la tierra, con el problema del indio. Aqu� se des�cubre la impotencia absoluta de los que se pro�ponen resolver este �ltimo problema, solo con escuelas y pedagogos, sin tocar el primero.

No se trata, pues, de un problema t�cnico agr�cola del dominio de los agr�nomos, sino de un problema econ�mico-social -y por tanto po�l�tico- del dominio de los hombres de Estado.

La soluci�n liberal de este problema, habr�a sido, conforme a la ideolog�a individualista, pa�ra crear la peque�a propiedad individual.

Pero la hora de ensayar este m�todo ha pasa�do ya. Hay que contar con un factor concreto que le da al problema agrario peruano un ca�r�cter peculiar: la supervivencia de la comunidad y de elementos de socialismo pr�ctico en la agricultura y la vida ind�gena. Para el socialismo peruano este factor tiene que ser funda�mental.

La influencia de la regi�n, y por ende de su agricultura caracter�stica, en el car�cter espec�fico del problema en la sierra y la costa, lo diferencia regionalmente. Pero esto no impide considerarlo y enfocarlo con la misma eficacia desde los puntos de vista de una pol�tica co�lectivista.

En la sierra el latifundio no tiene siquiera la explicaci�n de la necesidad t�cnica de concen�trar los cultivos en manos de empresas de ca�pitales eficientes, ni de la dificultad pr�ctica, sensible en la costa mientras no se resuelva el problema de la irrigaci�n, de subdividir las aguas de regad�o entre innumerables regantes en perpetua lucha entre ellos. En la sierra, los cultivos son casi los mismos en las tierras del latifundista que en las tierras de la comunidad. El agua que las fecunda es tambi�n la misma.

No me parece el caso de formular un progra�ma cabal sobre el problema agrario. Por mi par�te, cree que dentro de los l�mites de una en� cuesta, solo cabe formular punto de vista generales. Yo me obligo a precisar y explicar mejor los m�os en pr�ximos estudios. Lo que dejo dicho basta para definir mi posici�n ante este problema. Estoy por una soluci�n social, nacional, revolucionaria, c�mo la que en M�xico ha planteado la revoluci�n agrarista.

 

Jos� Carlos Mari�tegui.


NOTA:

* Publicado en la Revista "LA SIERRA", A�o, I, N�. 2, p�gina 12. correspondiente al mes de Febrero de 1927. Aqu� J.C.M. da respuesta, en forma global, a la segunda parte del cuestionario propuesto en el N�. 1 de Enero de 1927, que reproducimos �ntegramente. (Nota de los Editores).